El director general de Policía y de la Guardia Civil, Joan Mesquida, consideró que la apertura del primer laboratorio territorial de Biología y ADN de Galicia en A Coruña supondrá “un salto cualitativo” en la investigación criminal del norte de España.
Mesquida explicó que dicho laboratorio, que ha supuesto un coste de 1 millón de euros, servirá para almacenar los perfiles genéticos inmersos en las investigaciones criminales, y dar “un paso de gigante” en la identificación de cadáveres, o en la averiguación de personas desaparecidas, a la vez que contará con unidades de lofoscopia, un sistema automático de identificación dactilar, criminalística forense, balística, documentoscopia e investigación de incendios, entre otras.
Un trabajo que se traducirá en un ahorro “considerable” de tiempo, según Mesquida, de alrededor de dos meses pues, a partir de ahora, no será necesario trasladar las pruebas a Madrid, como se hacía hasta ahora ya que el laboratorio gallego es “muy completo y moderno” y está preparado para realizar todas las fases necesarias para identificar las pruebas.
El director del laboratorio, Luis Hombreiro, explicó en una visita guiada que el mismo cuenta de siete salas diferenciadas. En un primer momento existe un espacio para la conservación de muestras y la cadena de custodia, lo que permite después que éstas sean válidas de cara a un juicio.
En segundo lugar, las muestras se examinan, se rompen las células y se separa el ADN según su peso molecular. Cada una de las muestras se extraen en diferentes salas para evitar su contaminación en función de la cantidad de ADN que contenga cada una.
Las muestras críticas con poca cantidad de ADN deben ser analizadas de manera manual para, mediante un proceso de repetición, concentrarlo lo máximo posible y conseguir que sirva como prueba. Las muestras indubitadas (recogidas directamente del sospechoso) cuentan con gran cantidad de ADN por lo que son analizadas por un sistema robotizado y el laboratorio prevé examinar entre 100 y 150 muestras diferentes a la semana.
En el caso de cádaveres con mucha antigüedad, o de restos muy degradados los especialistas recurren a la extracción de ADN mitocondrial (el que se transmite por vía materna), muy difícil de conseguir. Pero, lo más complicado, es cuando es necesario extraer ADN de huesos. Para ello los especialistas lo congelan con nitrógeno y lo pulverizan, se trata de un proceso que sólo se realiza una o dos veces al año.
El laboratorio consta además de una sala de láser forense para descubrir restos de semen en prendas de ropa, habitualmente muy sucia por otros motivos, que se extraen de manera individual y son analizadas por separado; además de un secuenciador para medir la cantidad de ADN de cada muestra y multiplicar por 16 cada fragmento, uno para conocer el sexo, y el resto no codificantes pues la ley prohíbe reproducir características físicas.
Hombreiro reconoció que este laboratorio es muy similar a los que se utilizan en conocidas series de ficción de televisión americanas que, de hecho, utilizan aparatos reales, pero aclaró que en ellas “se saltan los plazos de tiempo y consiguen resultados mucho antes de lo que es posible en un laboratorio real”.
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