domingo, 26 de septiembre de 2010

Una imagen vale más que 1.000 palabras

Se cumplen 50 años del primer debate político televisado de la historia, ese que enfrentó en Estados Unidos a John Fitgerald Kennedy por los demócratas y Richard Nixon por el Partido Republicano y que, al margen de la transcendencia electoral, se convirtió en una evidencia de la importancia del lenguaje no verbal y del poder de la televisión.

Más de 77 millones de personas, el 60 por ciento de la población adulta de la época, vieron un cara a cara que dio por ganador a Kennedy, el candidato que decidió adaptarse a las peticiones de la pequeña pantalla: maquillarse, elegir cuidadosamente su traje, mirar a cámara al hablar y hacerlo con decisión.

Por el contrario, Nixon restó importancia a estos detalles y mostró una tez blanquecina y sin afeitar y un aspecto enfermizo y cansado enfundado en un traje gris. Además, al hablar, en lugar de mirar a la cámara, se decantó por mirar a los periodistas que se encontraban junto él en el plató.

El desenlace esa noche fue curioso, los analistas aseguraron que el debate dialéctico estuvo muy igualado, pero los que lo escucharon por radio dieron como ganador a Nixon, mientras que los que lo vieron por televisión otorgaron una victoria aplastante a Kennedy que, finalmente y tres debates después, se hizo con la Casa Blanca.

Este primer debate marcó un antes y un después en la política y en la televisión y, sin duda, fue un elemento decisivo en la tan disputada Presidencia estadounidense de 1960, supuso el nacimiento de los asesores de imagen y sentenció que una imagen vale más que mil palabras.



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