lunes, 26 de enero de 2009

El Corán no defiende las costumbres machistas de los islámicos

La médico marroquí Asma Lamrabet defiende una “lectura inédita feminista” del Corán que “desmonta” las costumbres machistas que suponen la “marginación” de las mujeres en esta cultura.

Lamrabet explicó a Europa Press que tradicionalmente y dentro de una cultura patriarcal, las mujeres no tuvieron acceso a la cultura para poder interpretar el Corán, lo que provocó una lectura “patriarcal y machista” que ha impuesto a las mujeres determinadas actitudes basándose en la religión, que realmente “no existen”.

Así, el acceso a la cultura por las mujeres ha conllevado que un grupo de ellas acudan “a la fuente sagrada” para leer por sí mismas los textos coránicos y descubrir que “no tienen nada que ver con muchas de las cosas que han publicado tradicionalmente los hombres”, un hecho que, desde su punto de vista, supondrá “una emergencia femenina lenta pero segura”.

En concreto apuntó que el Corán no defiende la poligamia en el hombre, sino la monogamia al ver la primera como una actitud “injusta”, tampoco defendería la lapidación a las mujeres infieles, ni su repudio. Además, según Lamrabet, el Corán defiende el divorcio “como un derecho mutuo de ambos sexos”.

Con este estudio, esta médico marroquí pretende “mostrar la verdad del Corán y el islamismo tras siglos de lectura patriarcal” y conseguir así que deje de verse esta religión como misógina. “Lo siento pero la misoginia es universal y hay que acabar con la imagen estereotipada que relaciona la violencia contra la mujer en el mundo marroquí con el islamismo, igual que no se relaciona este hecho cuando ocurre en España con el catolicismo”, apuntó.

¿A que no lo sabiais? Si realmente esto es verdad, resulta increible pensar en la manipulación que han sufrido durante siglos miles de mujeres relegadas a un segundo plano y a las que se les ha prohibido el beneficio de opinar y ser libres. Yo personalmente estoy más a favor de esta nueva lectura, que permite a las mujeres desarrollarse, formarse y estar a la misma altura que cualquier hombre.

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