lunes, 7 de junio de 2010

¿Nos quedamos en casa...?




Cada vez se ve más en España el meitai, un sistema portabebés muy utilizado en China que consiste en un rectángulo de tela con cuatro tiras en sus extremos, que el padre o la madre se pasan por los brazos y la cintura. Además son acolchados y no llevan hebillas, lo que hace que sean cómodos.

Los defensores de este método aseguran que para los bebés supone un confort mucho mayor que el carro porque prefieren estar en contacto con el cuerpo de sus progenitores o incluso porque esa postura favorece la reducción de cólicos y hace que lloren menos. También hay quien asegura que las madres producen más leche.

Y es que parece que en lo referente a bebés y nacimientos está de moda la vuelta a lo tradicional y natural, de hecho, en Europa y en España cada vez hay más parejas que se decantan por los partos naturales e incluso en casa.

Para muchas personas dar a luz en casa permite que la mujer pueda sentirse cómoda en el ámbito familiar, que nada se haga sin su consentimiento y que se cree un vínculo especial entre el bebé y la madre, así como con las personas que han estado cerca en el momento del parto.

Sin embargo, para muchas personas un nacimiento en casa significa incrementar los riesgos de infección o de que ocurran complicaciones, que no pueden atenderse en el domicilio. Además obliga a recurrir a clínicas privadas y supone que la madre adquiera una gran responsabilidad sobre su estado de salud físico y mental.

Al margen de la decisión que se tome, pienso que el hecho de que se produzca un debate es siempre positivo, permite conocer las ventajas y los inconvenientes y sobretodo tomar una decisión sobre un hecho que puede que sólo ocurra una vez en la vida.

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