Recorrer Europa o América, divorciarse, enfermar y morir, aprender a montar en bicicleta... se me ocurren infinidad de cosas que pueden pasar en un mes y 22 días, pero resulta que es el tiempo que necesita trabajar una mujer de más para ganar el mismo salario que un hombre.
De verdad que cuando escuché la noticia me sorprendí, pensaba que todo esto en España ya estaba superado pero, al parecer, tampoco lo está en Europa, donde la brecha salarial es del 17 por ciento.
¿Qué hacer al respecto? Pienso que no es una tarea que compete en exclusiva a las mujeres, tal vez son los hombres quienes deben concienciarse de que igual trabajo supone igual salario, independientemente de quien lo haga…
Vamos mejorando… es cierto, pero también es verdad que los avances son escasos, de hecho, los datos de Eurostat revelan que entre 1995 y 2005 sólo hemos reducido la distancia entre ambos sexos en dos puntos,
Otro de los asuntos que me preocupa es que, cuando uno pregunta entre los compañeros o familiares, ni ellos ni ellas son conscientes de que estas diferencias existan en sus empresas. Por ello, es evidente que estas diferencias son el resultado de una serie de factores económicos, legales, sociales, de costumbres, que provocan una discriminación continua que afecta principalmente a las mujeres y que desemboca en esta diferencia salarial.
Parece necesario que la legislación laboral se haga eco de este problema, y articule las medidas necesarias para que la autoridad laboral y la representación legal de los trabajadores pueda hacer algo al respecto.
De verdad que cuando escuché la noticia me sorprendí, pensaba que todo esto en España ya estaba superado pero, al parecer, tampoco lo está en Europa, donde la brecha salarial es del 17 por ciento.
¿Qué hacer al respecto? Pienso que no es una tarea que compete en exclusiva a las mujeres, tal vez son los hombres quienes deben concienciarse de que igual trabajo supone igual salario, independientemente de quien lo haga…
Vamos mejorando… es cierto, pero también es verdad que los avances son escasos, de hecho, los datos de Eurostat revelan que entre 1995 y 2005 sólo hemos reducido la distancia entre ambos sexos en dos puntos,
Otro de los asuntos que me preocupa es que, cuando uno pregunta entre los compañeros o familiares, ni ellos ni ellas son conscientes de que estas diferencias existan en sus empresas. Por ello, es evidente que estas diferencias son el resultado de una serie de factores económicos, legales, sociales, de costumbres, que provocan una discriminación continua que afecta principalmente a las mujeres y que desemboca en esta diferencia salarial.
Parece necesario que la legislación laboral se haga eco de este problema, y articule las medidas necesarias para que la autoridad laboral y la representación legal de los trabajadores pueda hacer algo al respecto.
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